La métrica de Días de Morosidad Promedio ayuda a comprender la eficacia de tu estrategia de gestión de las cuentas por cobrar. Si, adicionalmente, proteges a tu empresa del riesgo contra impagos o de pagos atrasados mediante un seguro de crédito, puedes evitar que tu negocio sufra el impacto de la morosidad que puede poner en peligro tu capacidad financiera.
Este indicador de Días Promedio de Morosidad se utiliza para evaluar el tiempo medio que tardan los clientes en pagar sus obligaciones después de la fecha de vencimiento de la factura. Así, la empresa puede identificar las tendencias que generan problemas en el flujo de caja y abordarlas antes de que se produzcan incidentes críticos. También le permite optimizar los plazos de cobro y reducir el riesgo de insolvencia.
¿Cómo calcular los Días Promedios de Morosidad?
Este indicador se puede obtener bajo la siguiente fórmula:
A diferencia del indicador días de Ventas Pendientes de Cobro (DSO por sus siglas en inglés, Days Sales Outstanding), este nos permite monitorear específicamente el tiempo que las facturas vencidas permanecen sin pagar. Con este valor se puede poner el foco realmente en las áreas críticas de las cuentas por cobrar.
¿Qué aporta conocer y monitorear este indicador?
Conocer este indicador nos permite supervisar varios factores de la gestión de cobros:
1. Control del riesgo de crédito: un número alto puede indicar problemas en la política de cobranza o dificultades financieras de los clientes.
2. Gestión del flujo de efectivo: las empresas necesitan liquidez para operar, y si hay demoras en los pagos, pueden enfrentar dificultades financieras.
3. Estrategia de cobranza: identificar patrones en el retraso de pagos ayuda a mejorar estrategias para reducir la morosidad.
¿Cómo impacta la morosidad en la empresa?
La principal afectación para la empresa a causa de la morosidad es el flujo de caja. Esto impacta la gestión comercial y la dinámica general del negocio.
Consecuencias para el flujo de caja
Los pagos atrasados generan inconsistencias en el flujo de caja, lo que dificulta la gestión diaria de las operaciones. La empresa podría tener dificultades para cumplir con sus obligaciones inmediatas y futuras. Incluso un pequeño retraso afecta la capacidad para aprovechar nuevas oportunidades o invertir en el crecimiento. Esta imprevisibilidad puede reducir la flexibilidad financiera y obligar a recurrir a préstamos a corto plazo para cubrir necesidades inmediatas. Los intereses de estos préstamos aumentan los costos operativos, lo cual debilita la rentabilidad y la tesorería del negocio.
Ajusta tus políticas de crédito según los patrones de morosidad
Cuando el indicador de morosidad es alto; es decir, los clientes pagan las facturas mucho después de las fechas de vencimiento, nos encontramos ante problemas en el proceso de pago, que pueden reflejar insatisfacción del cliente o un seguimiento inadecuado de los pagos atrasados. Comprender y monitorear este indicador ayuda a determinar si las prácticas de cobro son eficaces o necesitan mejoras, y a realizar los ajustes necesarios para minimizar los pagos atrasados.
Una vez que identifiques los patrones de morosidad, podrás considerar reducir o extender las condiciones para los clientes según su historial de pago. Las condiciones de crédito flexibles, basadas en datos, permiten adaptarse a las diferentes situaciones de los clientes sin comprometer la gestión de efectivo.
¿Cómo podemos mejorar este indicador?
Es importante que la empresa pueda comparar este indicador con la industria y con su propia gestión de crédito para determinar el KPI de Días Promedios de Morosidad óptimo según sus objetivos y necesidades.
Por otro lado, es necesario comprender y evaluar el proceso de cobranza, medir la efectividad de las gestiones que lleva a cabo este departamento e implementar estrategias para minimizar los días de mora.
A continuación, detallamos algunas estrategias útiles para controlar establecer procesos eficientes de gestión de cobros:
· Establecer condiciones de crédito efectivas. Las políticas de crédito describen cómo la empresa gestiona el crédito de sus clientes y qué medidas tomar en caso de retraso en los pagos. Es necesario contar con políticas que definan cómo se aprueba el crédito, incluyendo criterios como límites de crédito y verificación del historial de pagos.
· Establecer condiciones de crédito claras ayuda a garantizar pagos puntuales. En las facturas, se debe especificar el plazo de pago y comunicar al cliente estas condiciones con claridad. También, enviar con periodicidad los estados de cuenta del cliente puede ser un medio recordatorio de las condiciones pactadas y la deuda.
· Establecer incentivos como descuentos por pronto pago, o la penalización de recargos por mora ayudan a fomentar el pago puntual.
· Monitorear el historial de pagos de los clientes para identificar patrones que puedan afectar las decisiones sobre las condiciones de crédito.
· Automatizar el proceso de facturación, pagos y gestión de cobro ayuda a minimizar los errores y favorece el seguimiento.
· Personalizar el proceso de comunicación con los clientes. Es importante que dentro del proceso de cobranza exista contacto directo para que la frecuencia y cercanía permitan una mejor comprensión de la situación y así disminuir el riesgo.
¿Qué otros indicadores debemos monitorear para la gestión de las cuentas por cobrar?
Lo que no se mide, no se puede mejorar, por ende, es necesario establecer indicadores claves de rendimiento (KPI) sobre la gestión de las cuentas por cobrar y así mejorar la eficiencia en la cobranza y la tesorería de la empresa:
Estos son algunos indicadores que deben tenerse en cuenta:
· Periodo Medio de Cobro: el Periodo Medio De Cobro (DSO por sus siglas en inglés, Days Sales Outstanding) mide la rapidez con la que tu empresa recauda efectivo después de una venta. Nos indica cuántos días está tardando la empresa en cobrar la venta realizada.
Este indicador se mide de este modo: DSO = (ventas por cobrar / ventas totales) * número de días
· Número de facturas: puede revelar patrones en el comportamiento de pago y ayudar a administrar la carga de trabajo. Se refiere a la cantidad total de facturas emitidas a clientes que aún no han sido pagadas. Este número puede ayudar a evaluar la carga de trabajo del equipo de cobranza y detectar posibles problemas de morosidad.
Dar seguimiento a estos indicadores ofrece una visión clara del flujo de caja, permite detectar las causas en los retrasos de pagos e identificar las áreas que podrían necesitar mejoras.
El seguro de crédito ayuda a estabilizar el flujo de caja de tu empresa
El seguro de crédito protege tu negocio contra el riesgo de impago y garantiza la estabilidad del flujo de caja de tu empresa. Esta protección te permite ofrecer condiciones de crédito competitivas a tus clientes y potencialmente aumentar las ventas minimizando el riesgo comercial.
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